Llevamos tiempo sin publicar nada por aquí ya que los ánimos no estaban para tirar cohetes pero hoy sin embargo queríamos compartir algo con vosotr@s.
Es día de reponer la nevera y nos hemos tirado a la calle. Hemos caminado diez metros, lo justo y necesario para llegar a nuestra tienda de barrio más cercana, y pese a que en otras circunstancias este sencillo gesto hubiese pasado desapercibido, hoy la verdad que nos ha alegrado el día.
Además de sentir un poco el aire fresco, aunque solo haya sido por unos minutos, el “paseo” nos ha traído una visión algo optimista de toda esta situación. El letrero de la tienda sigue como siempre, las estanterías están donde estaban antes y sus dependientes hacen su trabajo como lo llevan haciendo desde hace años.
Nos ha resultado reconfortante saber que, pese a que muchas cosas y costumbres están cambiando estos días por el hecho de que no podemos salir de casa, tiendas como la de nuestra calle o la que aparece en la foto siguen como siempre y no solo eso, sino que están al pie del cañón por todos.
Muchos acudimos a las grandes cadenas de supermercados para comprar gran parte de nuestra despensa pero ahora que no podemos coger el coche, que debemos abastecernos de aquellos comercios próximos a nuestro domicilio, ¿por qué no entre todos recuperamos el comercio de barrio?
Está claro que cuando todo esto pase saldremos a la terrazas, nos tiraremos a las calles, a los bares, a los restaurantes que tanto nos gustaban pero, ¿nos olvidaremos de nuestras tiendas de barrio?
Tenemos que estar agradecidos a aquellas personas que madrugan cada mañana, que suben la reja de su comercio, que ponen a punto su tienda, día tras día, para que no falte de nada en nuestros hogares, que hacen grandes esfuerzos para cuadrar números a fin de mes y que resisten al paso del tiempo, a los grandes comercios e incluso a las pandemias.
Es un buen momento para recuperar las tiendas que constituyen nuestro barrio y que en definitiva hacen a una ciudad o a un pueblo.
Calle de Zaragoza, 2, 28012 Madrid, España